Planes de bioseguridad táctica para mejorar la sanidad aviar

La implementación de estrategias de mitigación y medidas de bioseguridad táctica pueden ser claves para evitar la proliferación de enfermedades y patógenos en una granja avícola.

El movimiento de las aves a lo largo de la cadena de suministro, incluso de granjas no infectadas, se detiene durante el brote de una enfermedad. Estrategias tácticas de bioseguridad basadas en el análisis científico de los riesgos pueden ayudar a mitigar la propagación de patógenos.

“No es posible examinar cada ave en una granja durante un brote para determinar si están infectadas. Por eso, utilizamos un algoritmo que nos ayuda a determinar la probabilidad de infección en un ave”, dijo Carol Cardona, DVM, PhD, profesora especialista en sanidad aviar del Departamento de Ciencias Veterinarias y Biomédicas de la Universidad de Minnesota.

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La especialista explicó que, “durante un brote, todos se centran en las granjas infectadas. Esto deja a los avicultores preguntándose cómo protegerse. Hay todo un mundo de cosas que pueden hacer. La clave es encontrar las cosas que le dan la mayor inversión por su dinero”.

Estrategias para limitar la propagación de enfermedades

Los métodos típicos de bioseguridad en una granja incluyen mantener un registro de visitantes, limitar a las personas de visitar otras granjas dentro de un cierto período de tiempo y el uso de equipo de protección personal.

La bioseguridad táctica va más allá de estos métodos para limitar la propagación de enfermedades al implementar una estrategia de aislamiento previo al movimiento, la cual prohíbe todos los visitantes, la recolección de basura y más.

Dentro de estos planes, las aves de granjas no infectadas se examinan dos veces durante un período de dos días.

“Una prueba de diagnóstico puede decir con certeza que no hay una infección en ese momento. Pero es posible estar expuesto al virus más adelante. Es por esto por lo que este algoritmo y estas estrategias son tan importantes: nos ayudan a determinar con certeza la probabilidad de que una granja esté infectada o no”, dijo Cardona.

Una orientación completa en torno a estrategias de bioseguridad táctica puede encontrarse gratuitamente en este enlace: https://securepoultrysupply.umn.edu.

“Estos planes seguros les dicen a los avicultores lo que deben hacer para mover aves o huevos durante un brote”, indicó Cardona. “Las estrategias se personalizan según el tipo de producto movido y contienen estrategias basadas en la ciencia y el riesgo que hemos desarrollado”.

Cardona y un equipo de otros investigadores de la Universidad de Minnesota recibieron recientemente una subvención de US$1 millón de la Iniciativa de Investigación Agrícola y Alimentaria (AFRI) del Instituto Nacional de Alimentos y Agricultura (NIFA) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Utilizarán este dinero para trabajar con socios privados para determinar qué estrategias tácticas de bioseguridad tienen sentido en un entorno del mundo real.

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