Cómo el COVID-19 podría transformar la industria avícola

Las interrupciones causadas por la pandemia han acelerado los cambios que ya estaban ocurriendo en la industria avícola y que deberían dar como resultado un sector más resistente.

El COVID-19 está cambiando la industria avícola más que cualquier evento similar en la memoria viva. El único lado positivo, tal vez, es que otras industrias, como la de carne, lácteos y vegetales, probablemente han sufrido más.

El enfoque de la industria avícola desde el advenimiento de la integración vertical en la década de 1940 ha sido fortalecer la cadena de suministro, capturar ganancias ascendentes y descendentes, reducir los costos de producción y acceder a nuevos canales de distribución para nuevos productos.

También podría interesarle: Qué hay de la avicultura latinoamericana luego del COVID-19

El resultado es una industria eficiente, de bajo costo y con una cadena de suministro que trabaja a tiempo. Sin embargo, este modelo también ha venido mal preparado para los eventos de niveles bíblicos de los últimos cinco meses.

La nueva crisis del coronavirus ha visto a los productores agrícolas deshacerse de millones de galones de leche, romper huevos para desecharlos y tirar vegetales frescos de vuelta a la tierra. Además, varias plantas de procesamiento de carne se han detenido, desde Nebraska hasta West Virginia (en Estados Unidos), víctimas de la necesidad de mantener el distanciamiento social.

Después del COVID-19, nada volverá a ser igual. Sin embargo, la agricultura ya estaba experimentando un cambio profundo. Ahora, estos cambios se han vuelto más importantes que nunca para construir una cadena de suministro “antifrágil” para el futuro.

(Royalty Free illustration | Rawpixel.com)

Cambios en consumo impulsan cambios en la producción

Más de la mitad del gasto de alimentos de los consumidores estadounidenses antes del COVID-19 estaba fuera del hogar. La pandemia ha cambiado esto, ya que los restaurantes de servicio completo informaron que el negocio disminuyó en un 70% y la mayoría cerró por completo. Esto ha significado enormes desafíos para la producción de huevos líquidos, por ejemplo, y otros alimentos procesados ​​para el servicio de alimentos.

La propuesta de Sysco, un negocio de servicio de alimentos, de vender “comida de calidad de restaurante” es un ejemplo de los cambios monumentales que hemos visto, mientras que los productores de alimentos luchan para invertir en el procesamiento y empaque en la granja, lo que les permite enviar directamente a los consumidores.

Las tecnologías que hacen esto posible incluyen el empaquetado inteligente, por ejemplo, el recubrimiento con polímeros protectores naturales, como los que se usan en frutas, los alimentos de mayor duración, como las carnes secas o la leche tratada con calor, y los alimentos de valor agregado como los quesos y patés/rollos de carne especializados.

El internet y las redes sociales hacen posible las relaciones directas entre las granjas y los consumidores, pero el desarrollo de vehículos autónomos y drones facilitará la entrega directa.

(Royalty Free illustration | Rawpixel.com)

Nueva comunicación

Durante el cierre actual, los productores avícolas se han sorprendido por la facilidad del uso de tecnologías como Zoom, WebX y Skype, y los han adoptado como una alternativa a las visitas de ventas y asesores técnicos.

Las videoconferencias virtuales también han suplantado a reuniones de juntas, ferias comerciales y simposios técnicos. Si bien la venta cara a cara todavía tiene peso en la industria avícola —más que en muchas otras industrias­—, las reuniones virtuales han sido un gran éxito y son una parte inevitable del futuro del negocio avícola.

Las plataformas de comercio en línea ahora permiten a los productores comprar granos, semillas, fertilizantes, equipos, repuestos y alimentos balanceados. Sin embargo, todavía tienen una tasa de adopción relativamente baja a nivel de granja. La crisis actual lo ha hecho más obvio y algunas plataformas están ofreciendo promociones en medio de la pandemia para atraer a más productores a su grupo, viendo la crisis como una oportunidad para hacer crecer su negocio.

Modelo de impresora 3-D (Royalty Free illustration | Rawpixel.com)

Nueva tecnología

Los sistemas basados ​​en la cadena de bloques o blockchain están respaldados por las principales compañías de alimentos, como Walmart, Cargill y, más recientemente, por Dole, y son parte de la estrategia de trazabilidad y seguridad alimentaria de la Administración de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos (FDA), que considera la construcción de la confianza como algo esencial.

La impresión tridimensional (3-D) es una bendición para los agricultores que pueden enfrentar demoras prolongadas en la búsqueda de piezas para reparar sistemas de entrega de alimentos balanceados, tractores, cosechadoras u otros equipos. Los productores aprecian la capacidad de imprimir piezas de repuesto y volver al negocio en la granja sin la necesidad de una visita física o entrega.

¿Se pueden imprimir los alimentos en las cocinas de los consumidores? Esta tecnología ya está a la venta con impresoras de alimentos disponibles desde US$2,000 y probablemente anuncia la necesidad de considerar nuevos mercados para proteínas e ingredientes derivados de aves de corral en forma líquida o en polvo para acomodar este mercado.

La realidad virtual y la realidad aumentada ya han aparecido en algunas universidades como una forma de enseñar a los estudiantes más sobre la agricultura, con la enseñanza de veterinarios equinos y rumiantes sin procedimientos invasivos. Las sesiones virtuales de avicultura realizadas fuera de la granja reducen la necesidad de visitantes. En un mundo donde el distanciamiento social continuo es una posibilidad clara, estas técnicas se vuelven más atractivas.

El sencillo robot recorre toda la caseta o galpón por el techo, a una velocidad que no asusta a las aves. (Benjamín Ruiz)

Robótica

Durante la crisis de COVID-19, el riesgo de que los trabajadores se enfermen y la aplicación de estrictas reglas de distanciamiento han dificultado aún más el desafío de encontrar y retener mano de obra calificada.

En algunas áreas, los robots ya están reemplazando el trabajo manual en la granja, por ejemplo, ordeñando vacas, cosechando fruta o desmalezando, pero su aceptación en granjas avícolas ha sido relativamente limitada. La siembra y la cosecha de cultivos pueden realizarse mediante vehículos autónomos y, con el advenimiento de los robots blandos, se podrían rediseñar muchas tareas más tradicionales.

Las plantas de procesamiento son el ejemplo más obvio de que la robótica puede realizar cambios significativos, asumiendo tareas peligrosas o aquellas en las que los empleados trabajan cerca unos de otros. La captura de aves para la cosecha o la recolección de huevos son ejemplos de donde la robótica suave podría desempeñar un papel importante.

Otros ejemplos incluyen el uso de cámaras inteligentes para observar animales, con el aprendizaje automático y la inteligencia artificial interpretando la información para dar a los productores información entregada a sus dispositivos inteligentes.

La capacidad de participar en el monitoreo remoto es fundamental para los productores, no solo para su propia información, sino para reducir la necesidad de que los proveedores de servicios, así como los veterinarios, visiten físicamente la granja.

El internet de las cosas (IoT) conecta todos los diversos puntos en la cadena de datos y elimina la necesidad de mano de obra básica en la granja avícola, lo que permite que los empleados que permanezcan se concentren mejor en sus trabajos.

La inteligencia artificial (IA), por supuesto, es un elemento de cambio para la industria alimentaria, ayudando a tomar mejores decisiones y mejorando el papel de los técnicos agrícolas, veterinarios, nutricionistas y agentes de extensión. La IA es fundamental para abordar la productividad, el bienestar animal y el medio ambiente.

Es un hecho evidente que el COVID-19 no dejará el mundo sin cambios y con él adoptaremos formas fundamentales y diferentes de trabajar para maximizar la eficiencia en el procesamiento de alimentos, para mejorar la resiliencia y para estar más preparados para eventos inesperados.

En el caso de la avicultura, el tsunami del cambio tecnológico ya estaba ocurriendo, pero esta crisis ha acelerado esa transformación a medida que nos esforzamos por remodelar una industria para que sea eficiente y antifrágil.

Vea nuestra cobertura continua de la pandemia de COVID-19.

X