El apetito mexicano por los productos avícolas

México se clasifica dentro de los cinco principales productores de pollo del mundo y aun así importa más del 12 por ciento de sus necesidades.

Según datos de la Unión Nacional de Avicultores (UNA), la avicultura mexicana participa con un 63.7 por ciento del total de la producción pecuaria: 34.7 por ciento de pollo y 29 por ciento de huevo. En 2017, se produjeron 3.4 millones de toneladas de pollo, casi 10,000 toneladas de pavo y 2.7 millones de toneladas de huevo.

En cuanto al pollo, se espera que este 2018 cada mexicano consuma 32.88 kg año (consumo aparente), un aumento del 2 por ciento comparado con 2017. De este consumo, aproximadamente un 12.5 por ciento, o sea 500,000 toneladas, serán de importación.

Impulso al consumo y competitividad

El Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne) es un organismo que cuenta con miembros de reconocido prestigio nacional e internacional. Son empresas representativas de toda la cadena productiva de la carne, desde integrados hasta productores, como avicultores o porcicultores, pasando por el procesamiento, los productos de valor agregado, la distribución y la comercialización.

“Dentro de los propósitos que tenemos está el impulsar la competitividad del sector y potenciar los beneficios de la proteína cárnica y su posicionamiento, sin olvidar la representación de los intereses de las empresas que integran esta cadena”, señaló la Ing. Carla Suárez, presidenta de dicho organismo. “Y justo como objetivo o estrategia de impulsar la competitividad, está el diversificar nuestra área de trabajo”.

La Ing. Carla Suárez, presidenta del Comercarne, dice que en la estrategia de impulsar la competitividad, está la diversificación. | Foto cortesía de Comecarne

Brasil gana terreno

Brasil ha ganado terreno en las importaciones mexicanas de pollo, principalmente de pechugas. “Se reconoce que Brasil tiene uno de los costos de producción de pollo más bajos a nivel mundial y, en particular, en la pechuga es altamente competitivo”, dijo José Luis Cruz, director del Consejo de Exportación de Aves y Huevos de Estados Unidos (USAPEEC) en México. El asunto es que la pechuga no es de gran consumo en México, ni se usa mucho para hacer productos de valor agregado. La vasta mayoría se importa para el mercado de restaurantes o comedores institucionales.

Los brasileños se han posicionado fuertemente en el mercado de pechuga de pollo sin hueso, sin piel y congelada. “Pocas empresas le dan un valor más allá de cómo la reciben, a diferencia del producto que viene de Estados Unidos”, señaló Cruz.

“Lo que intentamos en USAPEEC es integrar una cadena de valor en Norteamérica. Traer un commodity de Estados Unidos y que en México se elaboren productos de valor agregado: esa es la apuesta a futuro”, agregó.

Argentina: posible proveedor de pollo

El Comecarne ha estado trabajando intensamente para incrementar la disponibilidad de insumos nacionales, pera también ha buscado alternativas a nivel internacional, y con mayor razón ante la problemática y complejidad que se ha presentado durante el último año con los principales socios comerciales de México, es decir, Estados Unidos y Canadá. De ahí que surja la oportunidad de estrechar lazos o iniciar un primer acercamiento con Argentina.

Para ello, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) autorizó recientemente plantas para exportar a México. Una vez que existe la habilitación de los requisitos sanitarios y de inocuidad, se inició la parte comercial, razón por la cual Comecarne visitó Argentina.

Aunque Brasil representa una buena opción, Argentina también lo es, y justo por eso fueron a explorar. Además de las plantas autorizadas, “los productores argentinos pudieron entender las especificaciones y las necesidades del mercado mexicano”, sostuvo Suárez, “pues hay cortes a los que se tendrían que hacer algunas adecuaciones, pero existe la factibilidad de hacerlo”.

Por otro lado, también era necesario que los socios del consejo entendieran mejor lo que ofrece Argentina. Los socios exploraron oportunidades particulares con los productores argentinos. Sin embargo, en el caso de la carne mecánicamente deshuesada (MDM), Argentina no es tan competitiva, por cuestión de flete y la poca producción que hay. “Todavía no llega a los niveles de precios que puedan dar la MDM de Brasil o incluso de Europa”.

También visitaron algunas plantas de productos con valor agregado, pero el tiempo de desarrollo de estos es un poco más largo “porque se tienen que desarrollar sabores y cortes, y más adecuaciones al mercado mexicano”, afirmó.

Productos estadounidenses

De otra parte, el director de USAPEEC dijo que, en materias primas de aves para procesamiento, México es un mercado ya muy consolidado para Estados Unidos, que ha crecido y evolucionado a lo largo del tiempo. “De ser en un principio materias primas para la producción de salchichas, jamón y otros embutidos con carne mecánicamente deshuesada, principalmente de pollo y después de pavo, ha pasado a otros productos”, sostuvo. Se importan también trozos de pavo, sobre todo para jamones. Pero ha ido evolucionando de tal manera que ya se hacen productos que no son exclusivamente embutidos o carnes frías.

En cuanto a la importación de piernas y muslos, se ha visto afectada, ya que los principales importadores de pechuga brasileña son los mismos que importan pierna y muslo de pollo de Estados Unidos. Y esto tiene que ver con el hecho de que hay un mayor margen de rentabilidad con la pechuga brasileña, que con la pierna y muslo estadounidenses.

No se trata de volumen, pues el mercado de la pechuga en México está muy acotado, pero se han aprovechado los cupos que hay desde 2013, y cada vez se ha posicionado mucho más en valor que en volumen. “No se comparan las 100,000 toneladas de pechuga brasileña del año pasado, con las más de 800,000 toneladas de carne de ave de Estados Unidos, pero en valor, los brasileños están cerca de un 34 por ciento”, añadió Cruz.

Con Estados Unidos existe, además, la ventaja natural de la proximidad, de ser vecinos. Los productos se pueden exportar frescos, refrigerados, “que para los procesadores les es más fácil darle un valor agregado que importar un producto congelado y luego descongelarlo”.

Productos chilenos y ¿de otros países?

Hace años que México cuenta con un tratado de libre comercio con Chile, así como también la autorización de plantas, en cuanto a requisitos sanitarios y de inocuidad por el sistema mexicano. De Chile hay importaciones importantes, sobre todo las pechugas de pollo, “porque hay un tamaño y una calidad que el mercado reconoce”, señaló Suárez.

En cuanto a posibilidades de países con menos tradición exportadora, como Bolivia, Paraguay u Honduras, el asunto aquí es la competitividad de precios que los hiciera atractivos como para que Senasica pueda trabajar en autorizar plantas.

Además de Estados Unidos, ahora con el Tratado de Libre Comercio de la Unión Europea y México (TLCUEM) también se hace atractiva la producción de Europa, en especial de algunos países que tienen cortes competitivos. “Tenemos que explorar algunas otras alternativas. Es justo trabajar en las palancas de competitividad de nuestros socios y del sector, y entre mayores alternativas y fuentes de abastecimiento, pues mejor”, añadió la presidenta de Comecarne.

Desarrollo de productos

USAPEEC ha trabajado con varias empresas en México que han hecho desarrollos con pechugas de pollo o de pavo, como son las arracheras de pavo y los productos preformados.

“Esto indica que México tiene un potencial muy grande para procesar estas materias primas, sobre todo de partes del pollo o del pavo que en Estados Unidos no le dan mucho valor agregado”, expresó el directivo de USAPEEC. Hay un área de oportunidad todavía muy grande con estos commodities.

Alitas de pollo para los mexicanos

La presidenta de Comecarne indicó que México es deficitario en cortes de pollo deshuesado, como la pechuga o las alitas de pollo. “El mercado de las alitas ha crecido muchísimo en México. Sí hay oportunidades, porque en países como Argentina, todavía el consumo no está en los niveles que está por acá en el norte, tanto en Estados Unidos como en México”.

Relación con avicultores

Con apenas un año en la presidencia y con el objetivo de vinculación y mayor integración con los diferentes organismos que representan los otros eslabones en la cadena, el Comecarne ha tenido una respuesta muy favorable por parte de entidades como la UNA.

Otro de los aspectos importantes es que el Ing. Arturo Calderón, nuevo director ejecutivo de la UNA, estuvo vinculado con el Comecarne, de tal forma que conoce las necesidades de los socios y, por lo tanto, podrían integrar una agenda conjunta.

Por otro lado, USAPEEC ha tenido conversaciones en México con la UNA sobre las pechugas brasileñas. “La pechuga de Brasil no es un producto que vaya a satisfacer la gran demanda que tiene el pollo de las clases populares”, destacó Cruz, “ni contribuye mucho en la estabilidad de precios o a la inflación”.

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