Los 5 tiempos críticos en la nutrición temprana del pollito

La alimentación del pollito recién nacido solía ser un paso bastante sencillo en la vida de un pollo de engorde, pero hoy se reconoce como el período más crítico.

Basado en un esfuerzo más amplio para mejorar la calidad del pollito, el papel de un grupo de nutricionistas ha sido identificar las coyunturas de tiempo cuando las intervenciones nutricionales pueden ser de más provecho.

A continuación se muestra un bosquejo de un proyecto en funciones con algunos de los principales participantes de la industria que, si deja más interrogantes de las que ofrece en términos de respuestas, es solo porque ha sido un tema confuso y muy poco valorado. Pero los desafíos de los tiempos modernos y, en especial, la falta de antibióticos y coccidiostatos potentes ha hecho que todos modifiquemos la forma en que producimos aves.

7 días antes de la oviposición

La gallina tarda alrededor de una semana en depositar todos los nutrientes que se requieren para formar la yema y un día más para crear el resto. De esta manera, la yema es de suma importancia como fuente de lípidos, proteínas, vitaminas, minerales, pigmentos (antioxidantes) y muchos biofactores. Si la formación de la yema no sale como se espera, la gallina no va a poner el huevo, sino hasta que esté completamente formada. Durante este período crítico, el hígado de la gallina es el que hace la mayor parte del trabajo, por lo que su salud debe ser el punto focal de interés de todo nutricionista.

Asimismo, este es el momento de influenciar potencialmente la composición de la yema con sustancias que se puedan transferir al pollito. Es difícil cambiar algunos de los componentes (la concentración de lípidos, pero no su composición), mientras que otros se pueden manipular con facilidad (como la pigmentación).

La formación de la yema de huevo es un período subestimado como parte de la nutrición temprana del pollito.

4 días antes del nacimiento

Este es el momento en que la alimentación in ovo ha demostrado ser más prometedora, pero a pesar de todo el ruido que se ha hecho y las investigaciones, los resultados siguen siendo ambiguos. La ciencia que apoya el concepto es sólida. Sencillamente, es la falta de resultados prácticos lo que evita que usemos la alimentación in ovo para mejorar la calidad del pollito.

No obstante, se siguen haciendo esfuerzos en diferentes direcciones con la esperanza de que pronto haya un adelanto importantísimo. Además de los nutrientes, que la gallina ya se asegura que estén presentes en el huevo, la alimentación in ovo ahora está cambiando hacia aditivos debido a la disponibilidad de fondos y quizás a una manipulación más fácil del contenido del huevo.

En cuando nace el pollito, necesita agua y nutrientes, como cualquier otro organismo vivo. (irinachevzhik | AdobeStock.com)

24 horas posteriores al nacimiento

Una vez que nace el pollito, necesita agua y nutrientes, como cualquier otro organismo vivo. Es probable que una buena parte de la yema de huevo ya se haya reabsorbido en la cavidad gástrica para fungir como recurso de dichos nutrientes y de quizás otros componentes vitales que poco o casi nada sabemos. Una vez más, el suministro de agua y alimento externos justo después de la eclosión y antes de la colocación es un área de gran interés porque puede mejorar notablemente la calidad del pollito y el desempeño en toda su vida.

Sin embargo, hay muchas dificultades prácticas para hacerlo, pero el ingenio las acompaña, de tal forma que ya hay muchos productos en el mercado que prometen grandes resultados, a veces con cierta decepción. Una vez más, el papel de la yema residual es de primordial importancia y nos lleva de regreso al principio, mientras que el suministro de nutrientes y agua externos debe seguir teniendo ocupados a los investigadores, en especial cuando se extiende más de 24 horas el tiempo del nacimiento a la colocación.

4 días posteriores a la colocación

Los pollitos modernos necesitan de nutrición moderna, aunque solo sea porque no tienen tiempo de recuperarse más adelante. Con una línea genética moderna que se comercializa en menos de 42 días y con más de 2 kg de peso corporal vivo, no hay tiempo que perder en ponerse al día. De esta forma, es de suma importancia el alimento que se ofrece justo después de colocar a los pollitos debajo de las criadoras.

Ya no les es suficiente el preiniciador típico de maíz y soya, ya que los hace retroceder (poquito, pero sí lo hace). Los alimentos balanceados modernos contienen ingredientes que evitan este retroceso y, en cambio, les ofrecen un empuje. A menudo, esto se traduce en un régimen de alimentación más caro, pero es de esperar un mejor rendimiento general de vida y rentabilidad. Es un ejercicio de economía y tales superpreiniciadores funcionan mejor en casos en los que son evidentes los problemas.

Primera semana posterior al nacimiento

Una vez logrado todo lo anterior, hay poco que hacer después, excepto asegurarse que las aves reciban una dieta sana y sin problemas, en cantidades adecuadas, junto con agua de buena calidad, manejo, etc. Pocas cosas de lo aquí dicho suceden de acuerdo con lo planeado, incluso si se empieza con subniveles de nutrición de la gallina reproductora y, por lo tanto, el reiniciador necesita tener más “potencia” de la que debería haber tenido. Aquí lo que buscamos es prevenir que se desarrollen enfermedades intestinales, ya que el sistema digestivo no pudo iniciar de forma robusta. Este es el momento en que se usan la mayor parte de los aditivos de salud intestinal y que se requieren algunos ingredientes de especialidad (principalmente proteínas) para mantener a las aves.

En retrospectiva, esto no es nada nuevo. La realización y el trazado de los momentos críticos en los que podemos intervenir van a ayudar al pollito moderno a lograr su potencial bajo el ambiente siempre cambiante. Es un comienzo al que seguirán las investigaciones y ojalá un cambio en productos y prácticas para seguir produciendo pollos de engorde de manera rentable.

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