10 de febrero de 2016
Michal Wargin, Freeimages.com
El Índice de Precios del Productor en enero bajó -0.15 por ciento, registro al que contribuyó el precio del huevo en granjas.
La proteína de origen avícola, principalmente el huevo, fue de los pocos alimentos que en Colombia mantuvo o bajó su precio durante el primer mes del año. De acuerdo con los datos entregados por el oficial Departamento Nacional de Estadística (Dane), el Índice de Precios al Consumidor tuvo una variación al alza en enero de 1.29 por ciento, tasa en la cual el rubro que más pesó fue el de los alimentos, con incrementos globales del 2.82 por ciento.
Estas cifras preocupan al gobierno y a los analistas en Colombia, dado que el Banco de la República (el banco central) había proyectado un índice para todo 2016 de 4.5 por ciento, lo que indica que la meta se está cumpliendo en casi una tercera parte apenas transcurridos 30 días de la actual vigencia. Pese a este panorama, el huevo de gallina, uno de los alimentos de la canasta básica de los hogares colombianos, no presentó variaciones positivas e incluso bajó en varias ciudades de este país andino.
Según el mismo Dane, el precio mayorista del huevo bajó en enero -6.44 por ciento, a pesar de que también el sector que más subió globalmente en el análisis del IPP (Índice de Precios del Productor) fue el de agricultura y pesca (18.06 por ciento). Este comportamiento llama la atención en momentos en que el gobierno nacional, representado por el Ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, entró en polémica con el gremio de los comerciantes al acusarlos de aumentar excesivamente el costo de su intermediación.
Industria Avícolaconsultó sobre esta particularidad a Erika Montaño, directora ejecutiva de la seccional Antioquia (occidente) de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia, Fenavi, quien señaló que “consultando con nuestra Dirección de Asuntos Económicos, la baja en el IPP para los huevos y el pollo obedece a una disminución estacional de la demanda y el consumo. Eso explica que en ocasiones los productores puedan vender a precios inferiores al costo de producción”.
La explicación para esta caída estacional en la demanda, a juicio de Montaño, obedece a otros gastos prioritarios de temporada que hacen las familias al comienzo del año, “lo que obliga a que compren menos de todo lo que habitualmente consumen, incluido el huevo. Esto subió nuestros inventarios y como trabajamos con un producto perecedero, hay que venderlos, así sean más baratos. Por lo menos en el caso del huevo, no se puede inferir que los comerciantes estén inflando los precios artificialmente. Al contrario, el precio se ha mantenido o bajado por un tema de baja demanda, ya que tampoco se ha presentado un exceso en la oferta, pues la productividad se ha visto afectada por el Fenómeno del Niño”.