La semioquímica también se puede aplicar a los animales de producción, lo cual redunda en efectos positivos en el bienestar animal y más.
Todos los animales reciben estímulos olfatorios que comprenden señales biológicamente relevantes para reforzar aspectos positivos o negativos. En el caso de las aves, la mayor parte muestran tener una capacidad comparable a la de los mamíferos.
Las aves utilizan las señales olfatorias para varias funciones, como la localización de alimento y para discriminar entre estos, para la orientación y navegación, para seleccionar material para el nido e incluso para la conducta reproductiva.
No obstante, lo cierto es que hay pocos estudios en fisiología y comportamiento aviar en este ámbito, en comparación con los mamíferos.
Feromonas, señales químicas
Las feromonas son señales químicas que hay entre miembros de una misma especie, que las produce el animal y las libera al medio ambiente. En varios casos, estas señales químicas llevan información como el estatus social y la capacidad reproductiva, lo que a su vez desencadena un comportamiento estereotípico y que no se modifica por la experiencia.
En muchos animales, el órgano vomeronasal es el que detecta estas señales y, en casos de ablación, puede cambiar su comportamiento. Este órgano vomeronasal proyecta sus axones a través de vías y se conecta con centros cerebrales específicos.
Las células receptoras de este particular órgano van a registrar una gama de matices relativamente reducida, que responden a menos compuestos que las células que reciben los olores en el epitelio olfatorio. En resumidas cuentas, el órgano vomeronasal media muchas repuestas inducidas por feromonas.
Hay feromonas que tienen estructuras químicas que aún se desconocen, aunque hay otras de las que ya se han sintetizado análogos. Se sabe que tienen grandes variaciones, pues pueden ser alcoholes, proteínas o esteroides, entre otros.
Feromonas en aves
El pollito de un día de edad es un organismo muy vulnerable, que está expuesto a una serie de manipulaciones causantes de estrés, como la vacunación, la colocación en la caja de transporte y, finalmente, el viaje a la caseta o galpón en donde va a desarrollarse.
Se ha documentado que estos eventos estresantes tienen consecuencias: morbilidad, mortalidad y un difícil inicio del crecimiento. Bajo condiciones naturales al inicio de la vida, la feromona materna liberada por la glándula uropígea de la gallina promueve mecanismos para hacer frente a situaciones de estrés, para limitar sus efectos y permitir un desarrollo óptimo del sistema inmunitario, en especial, la bolsa de Fabricio.
Producción y uso a nivel comercial
Las investigaciones científicas publicadas por los científicos del Instituto de Investigación en Semioquímica y Etiología Aplicada de Francia (Irsea) han dado a conocer la composición de esta feromona, de tal manera que es factible producirla sintéticamente y desarrollar una versión hidrosoluble.
Las características fisicoquímicas de esta solución acuosa permiten administrar la feromona mediante el mismo material que se usa para la vacunación durante la preparación del pollito para el transporte.
Al asperjarse en volúmenes bajos, de 20 microlitros por pollito, persiste durante cinco días, lo que reduce de forma muy importante la sensibilidad a factores estresantes y la mortalidad. La bolsa de Fabricio de las aves tratadas es mucho mayor y contiene muchos más folículos linfáticos en funcionamiento, en comparación con los pollitos control. Esos pollitos se enfrentan con mayor facilidad a su nuevo entorno en la granja, tienen un mejor consumo de alimento y una curva de crecimiento óptimo.
Después de la administración de la feromona, se ha hecho notar mediante observaciones que los pollitos están más tranquilos, que se posan suavemente en el suelo de la caja de transporte y que hay una disminución muy importante en la intensidad de las vocalizaciones de llamada, que es un signo clásico de los pollitos agitados y con estrés.
Cómo funcionan las feromonas tranquilizantes
Las feromonas tranquilizantes o apacigüinas que se aplican a los pollitos de un día de edad vienen en un líquido que se aplica por aspersión en la planta de incubación durante el procesamiento, antes de salir a las granjas. Esto cubre los cinco primeros días de vida y, cuando llega en la granja en los tres primeros días de vida, se aplica un producto en bloque difusor ya instalado en la granja.
“El espray contiene sustancias volátiles que van a ser captadas por el órgano vomeronasal, un órgano muy pequeñito que detecta el mensaje químico”, explicó la Dra. Miriam Marcet Rius, investigadora del Grupo IRSEA.
Todos los seres vivos utilizan de forma natural estos mensajes para comunicarse, de tal manera que producen una respuesta innata. “No es como los olores, que son subjetivos, es una cuestión objetiva”, señaló.
Además, este tipo de respuestas no dependen del aprendizaje ni de nada extra. Los receptores captan esta sustancia y directamente dan una respuesta a través del órgano vomeronasal, que va a activar el córtex cerebral, para dar como resultado el relajamiento.
“Hemos realizado estudios científicos en el Instituto y fuera, o sea, estudios controlados y estudios en granja, que demuestran todos los efectos benéficos de reducir el estrés y aumentar la producción, por supuesto”, comentó.
En el caso de gallinas y pollos mayores, la aplicación en las granjas es diferente. Se coloca un bloque con el producto que se difunde. Esto reduce la mortalidad y, por lo tanto, disminuyen un 13 por ciento los descartes debido a enfermedades en la planta de procesamiento, además de reducir el picaje.
Va a haber un aumento de la ganancia promedio diaria y, por ende, en el peso final. En el caso de las ponedoras, va a aumentar la postura.
Los premios Innov’SPACE 2018
Los premios Innov’Space son un escaparate extraordinario para la innovación en la industria pecuaria. En la feria SPACE 2018, se presentaron 120 solicitudes para recibir el premio, de las cuales 39 fueron los productos ganadores.
La organización de SPACE cuenta con un comité multidisciplinario independiente formado por varios especialistas de centros de investigación de reconocido prestigio, como el INRA (Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas, de Francia), además de veterinarios y periodistas especializados. El objetivo es premiar a aquellos productos que presenten innovaciones o mejoras a productos ya existentes que brinden nuevas funcionalidades al productor pecuario.
Los premios pueden ser de una o dos estrellas, en función del nivel de interés del producto para el usuario y del nivel de novedad en comparación con productos ya existentes en el mercado.