El dólar y la avicultura

De qué forma afecta la volatilidad cambiaria a la producción avícola

La industria avícola ha tenido que enfrentar un mercado caracterizado por una alta volatilidad tanto en los insumos, o sea granos y harinas de oleaginosas, como en los precios del producto final. Se ha atribuido esta volatilidad a varios factores, que incluye entre otros, la demanda creciente de carnes en países asiáticos, problemas climatológicos, reservas bajas, desviación de granos y oleaginosas a la producción de biocombustibles, y la debilidad del dólar estadounidense. De entre todos estos factores, el de la debilidad del dólar ha sido el menos comentado, el menos entendido, el que podría tener un alto impacto en la determinación de la posición competitiva de los países productores y en los márgenes de operación de los avicultores. Será sobre estos dos impactos de la debilidad del dólar en lo que nos enfocaremos en los próximos párrafos.

Debilidad de la moneda franca

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¿Por qué es poco comentado y entendido? Típicamente, al analizar los mercados y pronosticar precios, el avicultor se enfocaba en los fundamentos de la oferta de insumos y de la producción de su competidores, y en la demanda de los consumidores, y en caso de que fuera necesario, hacía ajustes para cambios en la coyuntura económica. Durante años, o más bien décadas, el dólar estadounidense había sido la moneda fuerte; funcionaba como una moneda franca, siendo siempre el punto de referencia, debido esencialmente a su estabilidad. Los avicultores de la región latinoamericana, cuando pensaban en movimientos cambiarios, eran en referencia a la posición de su moneda frente al dólar y pocas veces de la relación de su moneda frente a las de otros países, y nunca del dólar frente a otras monedas.

Hasta el año 2002, básicamente, el dólar había mostrado un fortalecimiento constante (gráfica 1), lo que le dio un elemento de certidumbre al mercado. Viéndolo desde el punto de vista de los avicultores latinoamericanos, sus monedas se debilitaban frente al dólar; si bien esto hacía que en las monedas locales la importación de granos y oleaginosas fuera más cara, por otro lado la debilidad de sus monedas servía como un elemento adicional para mejorar su posición competitiva frente al producto estadounidense para aquellos países que exportaban, o como un arancel al pollo y huevo para los que importaban productos avícolas.

La debilidad del dólar se inició en 2002, la cual al principio fue de manera gradual. Por ser gradual, y en algunos momentos desapercibida, la debilidad del dólar tuvo poco impacto en los mercados, y tampoco provocó cambios sustantivos en las posiciones relativas de competitividad. La pérdida del valor del dólar que se aceleró a partir de 2007, reflejó el deterioro de la situación económica en los Estados Unidos. Al finales de 2008, frente al miedo de que la crisis económica se profundizara a nivel global, se recuperó temporalmente el dólar, para luego volver a debilitarse.

Impacto sobre la avicultura 

Son varios los factores, como se ha señalado anteriormente, que impactan a las cotizaciones de granos y oleaginosas en el mercado internacional. No obstante, al ser cotizados en dólares, el precio relativo de éstos cae frente al debilitamiento del dólar, lo que resulta en un aumento de la demanda de estos productos, que a su vez genera un aumento de su precio. De manera contraria, al fortalecerse el dólar se vuelven, en términos relativos, más caros los granos y las oleaginosas, con lo cual se contrae la demanda y presiona hacia la baja las cotizaciones. Se desarrolla así una relación más marcada entre los movimientos del valor del dólar y los precios de estos productos primarios. Esta relación queda clara en la gráfica 2, en la que como ejemplo se utilizó el tipo de cambio del dólar frente al euro. Dada la relación entre el dólar y estos insumos, que pueden llegar a representar más del 60 por ciento del costo de producción avícola, el mercado va a continuar sujeto, además de los otros factores, a la incertidumbre de la situación económica global, manifestada en los movimientos en el tipo de cambio del dólar.

El caso de la competitividad de Brasil

Si bien la debilidad del dólar estadounidense es un factor que contribuye a la volatilidad de los mercados de insumos, también se ha prestado para un ajuste en las relaciones competitivas en los mercados avícolas. Esto se puede apreciar al analizar de cerca el caso de Brasil frente a la industria avícola estadounidense.

En el último trimestre de 2002, cuando se empieza a debilitar el dólar estadounidense, el tipo de cambio promedio del real, la moneda brasileña, era 3.67 por dólar. Para noviembre de 2010, esta relación bajó a 1.68 reales por dólar. Dicho de otra manera, si un kilo de pollo a finales de 2002 se vendía en dos reales, su equivalente en dólares era de 54 centavos. Sin embargo, si un kilo de pollo en noviembre de 2010 se vendía en los mismos dos reales, su equivalente era de 1.18 dólares. De esta forma, se aprecia claramente cómo la pérdida del valor del dólar le resta competitividad a la industria avícola de ese país sudamericano.

En el caso de pollo congelado de Brasil (gráfica 3), se puede percibir cómo la debilidad del dólar no solamente contribuyó a un pérdida de competitividad relativa frente al producto homólogo estadounidense, sino también ha resultado en una mayor volatilidad del producto brasileño. La gráfica presenta los precios de pollo congelado en Santa Catarina publicado por el Centro de Socioeconomia e Planejamento Agrícola expresados en reales y dólares al tipo de cambio que regía cada mes durante el periodo en cuestión. La primera observación que nos brinca es que el precio expresado en dólares muestra una mayor volatilidad que el mismo precio en reales. Esta misma volatilidad, consecuencia de los movimientos del tipo de cambio, implicó que a partir de mayo de 2009, cuando se empezó a recuperar el real, el precio del pollo en dólares creció más rápido que el mismo precio expresado en reales, lo cual resultó en una pérdida relativa de la competitividad del pollo brasileño frente a su rival estadounidense.

Conclusión

Hemos visto que el valor del dólar tiene dos efectos principales para la industria: por un lado determina la competitividad de la misma frente a la de otros países, y por el otro aumenta la volatilidad en precios de insumos, ya que estos se cotizan en dólares. Frente a esta situación, el avicultor tendrá que ampliar el número de variables que analiza, incluyendo el comportamiento macroeconómico no solamente de su país, sino de la coyuntura global. Afortunadamente, hay instrumentos para el manejo de riesgos cambiarios, que seguramente algunos avicultores ya están utilizando. Lo que sí debieran hacer es contemplar utilizarlos más intensamente, en conjunto con otros instrumentos como las opciones, para amortiguar la volatilidad en los márgenes de operaciones procedentes de los movimientos del valor del dólar en el contexto global. Hacia el futuro, según varios analistas, no se prevé un fortalecimiento de la moneda estadounidense; esto requerirá también de la búsqueda de una mayor productividad. De manera contraria, las empresas menos eficientes y productivas pueden debilitarse para dejar espacio para la consolidación.

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