Mejor apariencia y menos contusiones en el procesamiento avícola

¿Cuánta atención prestamos para llevar al mínimo los descartes?

Hay
varios factores que pueden afectar la calidad y rendimiento de las aves en la
planta de procesamiento y aunque algunos pueden estar más allá del control del
gerente de la planta, no quiere decir que no haya solución.

Clima y ubicación geográfica

La
atmósfera está compuesta de una mezcla de gases: oxígeno, nitrógeno y gas carbónico,
entre otros, los cuales tienen una presión medida en milímetros de mercurio (mmHg),
que al sumarse, conforman la presión atmosférica. Esta presión a nivel del mar
es de 760 mmHg o 14.7 psi.

A
medida que se asciende, la presión atmosférica va disminuyendo, al igual que la
presión parcial de sus componentes. Además, se presenta un aumento del nivel de
hemoglobina en conjunto con el de eritrocitos.

Este
aumento en la cantidad de glóbulos rojos conlleva a que se incremente la
viscosidad de la sangre. Cuando la sangre se desplaza dentro de las arterias,
su diámetro no sufre cambios, ya que las cuatro capas que las conforman son lo
suficientemente rígidas para contener este volumen adicional. No sucede lo
mismo en las venas, puesto que a pesar de tener igual cantidad de paredes, dos de
ellas son más delgadas. En consecuencia, este volumen adicional produce una
dilatación de su diámetro.

Esto
puede explicar algunas situaciones que se aprecian especialmente a nivel de las
alas y parte de la pechuga en las aves que se crían y procesan en plantas
localizadas en clima frío.

Es
importante recordar que la sangre en las aves está distribuida en 84 por ciento
en los vasos sanguíneos y 16 por ciento en los órganos. En los vasos sanguíneos,
64 por ciento es en las venas, 15 por ciento en las arterias y 5 por ciento en
los vasos capilares (para el total de 84 por ciento).

Esto
nos indica que el mayor volumen de sangre está en las venas.
Circunstancialmente en las alas hay poca masa muscular. Por esta razón, se
observa más claramente la acumulación de sangre venosa que afecta su calidad
final, hecho que el área de control de calidad, considera como decomisos.

Desangre

Otro
efecto colateral que se produce cuando los pollos se crían en clima frío, es
que los vasos sanguíneos se profundizan y se contraen para conservar el calor
corporal del cuerpo, cuya temperatura oscila entre los 41C y 42C. Por lo que
surge la pregunta: ¿Es posible solucionar significativamente esta problemática
durante el procesamiento de los pollos? La respuesta es sí. Para lograrlo se
recomienda extender el tiempo de desangre hasta 3 minutos y 30 segundos. En
condiciones especiales, ha sido necesario aumentarlo a 4 minutos. Con esta
acción se logra drenar el exceso de sangre y contrarrestar los efectos de la vasoconstricción.

Otras situaciones en
la planta

A
las circunstancias climáticas y geográficas se puede añadir otros tres puntos
que se observan en algunas plantas y durante la recolección en las granjas, que
tornan crítico el problema de acumulación de sangre en las alas y pechugas. 

Cuando
el tiempo entre el último colgador y la entrada al aturdidor supera los 30
segundos, se aumenta la cantidad de sangre depositada en las alas por acción de
la gravedad. Por esta razón, se recomienda que este tiempo esté entre 20 y 30
segundos.

Si
el área de colgado no está debidamente oscurecida, el masajeador de pechugas no
se  encuentra bien ajustado y el colgado
de los pollos es descuidado, siempre van aletear. Este movimiento intenso hará
que el corazón bombee una mayor cantidad de sangre hacía la pechuga y las alas,
con el fin de oxigenar los músculos que participan en este ejercicio, lo que evita
que se presenten calambres. Por lo tanto, se almacena una cantidad extra de
sangre en estas dos regiones. 

El
intenso aleteo que tuvieron los pollos durante su captura, ayuda a que la
sangre se acumule temporalmente en las alas.

En
consecuencia, si se decide tener un tiempo de desangre mínimo de 3.5 minutos y
máximo de 4.0, en función de la temperatura, ambiente, altitud, grado de aleteo,
etc., tanto las alas como la pechuga evacuarán la mayor cantidad de sangre, lo
cual mejora su presentación que será muy similar a las de los pollos  criados y procesados en climas cálidos, donde
la sangre es menos viscosa y los vasos sanguíneos no están contraídos. Por tal
motivo, la pérdida de sangre representa en promedio un 3 por ciento del peso
total del pollo vivos.

Una
forma práctica de evaluar si el tiempo de desangre es insuficiente en clima
frío, consiste en observar el recorrido de los pollos una vez que salen de las
desplumadoras, hasta la primera parte del proceso de evisceración. Si encuentra
mucha sangre almacenada en los equipos, canales recolectores y piso, significa
que debe aumentarse.

Otro
aspecto que afecta la presentación de las alas en lo que se refiere a aparición
de pequeñas áreas enrojecidas, es el problema del prechoque. Este se presenta
porque durante el ingreso de los pollos a la tina del aturdidor, la rampa que
está húmeda y energizada es tocada por las alas y/o pechugas, lo que produce
una reacción a los pollos de levantar el pescuezo y aletear intensamente. Esta
condición la mantienen hasta cuando salen del área de la tina. En consecuencia,
los pollos salen completamente conscientes, lo cual genera un grave problema
para su respectivo sacrificio.

Calidad de las alas

Dada
la corta distancia que existen entre los ganchos, las alas de los pollos están
en permanente contacto y en algunas ocasiones se entrelazan. Cuando los pollos
aletean dentro del gabinete se presentan dos situaciones puntuales que
favorecen la aparición de hematomas en las alas: 

Como
las alas no tienen suficiente masa muscular, los efectos de estos choques
bruscos se acentúan.

La
situación definitiva a esta costosa problemática que representa el decomiso de
importantes cantidades de alas, producto de gran demanda en el mercado, es
instalar unas elevaciones en ambos extremos del aturdidor, para que tanto el
ingreso como la salida de la tina, sea similar a las que se observan en las
escaldadoras.

Desplumadoras

Por
último, la dureza de los dedos y la inclinación hacia la salida de las
desplumadoras de ataque y la presión que se haga sobre las alas, inciden en el
grado de maltrato que se produzca. Vale la pena mencionar que el complemento es
utilizar agua tibia durante el desplumado.

En
términos generales se puede afirmar que las plumas de los pollos tienen
diferentes grados de adherencia: 

Por
estas características del sistema muscular, se recomienda colocar dedos en las
desplumadoras con distintos niveles de dureza. En la parte superior, duros, en
la central, blandos y en el área de las alas, semiduros.

El
ajuste de la desplumadora vista desde arriba debe parecer un cono: amplio a la
entrada, pues los pollos tienen plumas, y reducido a la salida, ya han perdido
gran parte de ellas. Esta disminución no debe ocasionar represamiento hacia
atrás de los ganchos.

Adicionalmente,
para aumentar la eficiencia en el retiro de las plumas de las alas, la desplumadora
debe tener una diferencia en la inclinación hacia la salida entre ½ y 1
pulgada.

Si
la planta tiene varias desplumadoras, el grado de presión que se ejerce a nivel
de alas debe disminuirse gradualmente, para no acentuar el maltrato que se da en
la punta de las mismas y que tienen un aspecto rojizo.

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