Desempeño aviar óptimo con un programa eficaz del agua

Mantener los sistemas de agua limpios y desinfectados es de vital importancia en la producción avícola de hoy en día.

El agua es el insumo número uno para producir carne y huevos. Si bien la eficiencia genética continúa mejorando los costos de producción, también significa que estas aves con estas características fenotípicas y genotípicas (enfocadas en altas producciones) requieren un manejo óptimo para maximizar el rendimiento. Esto, combinado con la tendencia de la industria de reducir el uso de antibióticos, hace que cada vez sea más importante la necesidad de agua limpia y sanitizada.

Vulnerabilidad del agua

Los sistemas de agua para aves son vulnerables a la contaminación porque el agua se mueve lentamente, se calienta durante las primeras etapas del pollo y esto da las condiciones óptimas para el desarrollo de las biopelículas. La adición de aditivos como nutracéuticos, ácidos orgánicos, electrolitos y vitaminas, junto con contaminantes minerales naturales, como el hierro, el manganeso o el azufre, crean el potencial para que los suministros de agua contengan organismos patógenos.

Control de calidad del agua

El primer paso para optimizar la calidad es controlar las biopelículas que, dadas las circunstancias adecuadas, pueden contener múltiples tipos de patógenos (por ejemplo, Salmonella). Las biopelículas establecidas desarrollan una pared gruesa de polisacárido que protege a los organismos de los niveles de desinfectante aceptables para el consumo de aves y, a medida que maduran las biopelículas, liberan organismos al agua.

En una evaluación de los sistemas de agua de granjas de pavos se confirmó que la E. coli aislada de los pavos tenía las mismas cepas que las aisladas de los suministros de agua. Otros han demostrado que el Staphylococcus aureus en los suministros de agua puede causar necrosis de la cabeza femoral en pollos de engorde. También se ha mostrado que la vacuna contra la laringotraqueítis infecciosa podría unirse a la biopelícula de la línea de agua y permanecer viable hasta por 21 días.

El control de la biopelícula es un desafío continuo. Se ha demostrado que la tubería de cloruro de polivinilo (PVC) estéril puede desarrollar una biopelícula en un plazo de 3 a 5 días cuando se expone a agua tibia y contaminada, y que, si se introduce E. coli patógena en el agua en movimiento, se puede adherir a la biopelícula en una semana.

Estos casos, junto con docenas de experiencias adicionales de agua en producción avícola, respaldan la opinión generalizada de que los sistemas de agua necesitan una gestión coherente para reducir los riesgos de los desafíos de salud.

Cómo gestionar el agua

Los programas de agua deben comenzar con una evaluación exhaustiva de los suministros existentes, desde la fuente hasta el punto de consumo de las aves.

Identifique las áreas que aumentan los riesgos, como los tanques o líneas de almacenamiento abiertos que no se han limpiado a fondo, y desarrolle una estrategia para controlarlos. Es crucial realizar análisis de minerales y de pH de la fuente, y después de cualquier tratamiento para comprender y gestionar la calidad.

Nunca debe darse por sentado que los tratamientos como la filtración o la ósmosis inversa funcionan correctamente. Recolecte muestras estériles de la fuente y de los bebederos para realizar análisis microbianos que deben incluir bacterias totales, E. coli y coliformes.

Cuando las granjas o casetas experimentan problemas de salud de manera constante, el hisopado (toma de muestras con hisopos o esponja) dentro de los reguladores o los extremos de las líneas de agua y la solicitud de un perfil de diagnóstico pueden ayudar a identificar si el suministro de agua es la causa principal.

Con base en los resultados de los hisopos extraídos de las líneas de agua, implemente un programa de limpieza y saneamiento que minimice la contaminación donde las aves beben.

Productos de limpieza

Hay muchos productos de limpieza efectivos disponibles, pero la clave es usar los productos en las concentraciones correctas y dejarlos durante un tiempo adecuado para la eliminación de la biopelícula.

La limpieza de todo el sistema es esencial para obtener los mejores resultados. Esto incluye líneas de distribución, tanques de almacenamiento, así como todas las líneas de agua dentro de los galpones (naves, casetas).

Si anteriormente no se ha realizado la limpieza de la línea, es una buena idea agregar colorante a la mezcla limpiadora para que quede claro cuándo se encuentra el producto en las tuberías (este debe llegar hasta el final).

La limpieza previa y posterior de las líneas de agua, y los resultados del hisopado pueden ayudar a confirmar la efectividad. Para obtener resultados más confiables, realice el hisopado en dos líneas antes de aplicar el producto de limpieza y haga lo mismo en dos líneas diferentes posterior a la aplicación del producto.

El último paso en la limpieza del sistema de agua debe incluir enjuagar el producto con agua que contenga un nivel de desinfectante residual (podría ser el mismo, dependiendo de las recomendaciones del fabricante). Esto ayuda a proteger el sistema de la formación posterior de biopelículas, ya que el sistema de agua permanece inactivo antes de que ingrese la nueva parvada.

El paso final para proporcionar una calidad de agua óptima es desarrollar un programa diario de sanitización del agua consistente, con productos que mantengan los niveles microbianos controlados de manera efectiva, sin afectar el consumo de agua.

Cuidado con el cloro

El cloro sigue siendo un gran desinfectante, pero su efectividad está limitada por la vida útil y el pH del agua. Cuanto más tiempo se almacena el “cloro” —generalmente, las fuentes más utilizadas son el hipoclorito de sodio e hipoclorito de calcio— menos efectivo será como desinfectante, y buscar un residual de cloro libre ideal puede hacer que el agua se vuelva amarga y menos apetecible para las aves.

El producto debe utilizarse en un tiempo no mayor a 2-3 semanas (sería lo ideal). El pH también desempeña un papel importante en el poder desinfectante del cloro. Un pH en el rango de 4-7 convierte el cloro en ácido hipocloroso, que es el desinfectante fuerte. Un residual de cloro libre de 2 ppm a un pH inferior a 7 puede ser de hasta 80 a 300 veces más efectivo que 2 ppm de cloro libre a un pH de 8 o más.

Es importante tener en cuenta que los productos a base de cloro y los ácidos utilizados para disminuir el pH no se pueden mezclar en el mismo recipiente. Deben suministrarse por separado, permitiendo que se realice la mezcla con el agua antes de adicionar el otro producto para evitar la volatilización del cloro.

Cuando los galpones tienden a usar el agua lentamente en los galpones, como durante la etapa inicial del pollito (primeros 7 días), los desinfectantes a base peróxido de hidrógeno estabilizado pueden ser una mejor opción para mantener los sistemas de agua protegidos porque su residuo permanece efectivo durante días, a diferencia del cloro, que generalmente se descompone en unas pocas horas.

El objetivo es proporcionar un residuo de desinfección a nivel del ave que mantenga bajos los niveles de bacterias en el agua. Si se usan productos como probióticos o vacunas, aplíquelos por un tiempo limitado cada día y, luego, antes del final del día, asegúrese de que las aves vuelvan a tomar agua limpia y sanitizada. Dejar los sistemas de agua sin desinfectantes durante la noche o durante varios días invita a la proliferación de microorganismos.

El mantenimiento de los sistemas de agua es de vital importancia. Deben estar siempre limpios y desinfectados, ya que el agua es un elemento esencial para la crianza óptima de las aves modernas.

Nota: la bibliografía se puede solicitar al autor.

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