El ABC del manejo de las granjas avícolas de hoy en día

Volver a revisar los puntos básicos de manejo que requieren las granjas avícolas debe ser una acción cotidiana.

La producción avícola es una actividad global y altamente tecnificada. Aun así, podemos encontrar que en diferentes regiones del mundo las prácticas de manejo se establecen para que se adapten a las condiciones ambientales de la zona en donde se encuentran.

Las estirpes modernas de pollo de engorde combinan alta viabilidad, pesos, conformación y eficiencia alimenticia, mientras que en ponedora comercial extienden los ciclos de producción hasta las 100 semanas de vida, con una excelente persistencia, calidad del huevo y una conversión alimenticia rentable.

El comportamiento dócil y la capacidad de adaptación permiten a las ponedoras actuales acoplarse fácilmente a diversos entornos y sistemas de alojamiento. El potencial genético del pollo de engorde y de ponedoras comerciales se puede alcanzar solo si se utilizan buenas prácticas de manejo, así como de sanidad.

Las mejoras genéticas del pollo de engorde y gallinas ponedoras comerciales deben considerarse en forma holística, no unidireccional, debido a los efectos que cada cambio genético puede tener en las aves bajo las diferentes condiciones ambientales.

Las buenas prácticas de manufactura y los manuales técnicos de cada empresa avícola describen programas basados en las experiencias de campo recopiladas por el personal de granjas, mediante los extensos registros de datos de producción de cada lote criado o sacrificado en diferentes zonas.

Adicionalmente, hoy en día hay que tomar en cuenta las necesidades y preferencias del consumidor en lo que respecta a la reducción del uso de antibióticos y promotores de rendimiento. La opinión del consumidor cambia hacia la búsqueda de productos avícolas inocuos. Por ello, las compañías avícolas de avanzada están inmersas en programas de bienestar animal y de transparencia.

Nutrición y alimentación

Proporcionar la nutrición, así como el diseño de los programas alimenticios adecuados, contribuyen positivamente a la salud, producción y crecimiento de las aves. Las necesidades de energía, proteína y aminoácidos dependen de factores como la edad fisiológica, la producción, la estirpe utilizada, el sexo del ave, el estado reproductivo, la temperatura ambiental, el tipo de caseta avícola y la tecnología en esta.

Uno de los objetivos clave de la nutrición es alcanzar el potencial productivo de las aves creando rentabilidad económica. Un alimento desbalanceado o cuya calidad no sea correcta para lograr el objetivo anterior puede causar problemas de estrés nutricional o imbalances metabólicos que pueden derivar en problemas de salud.

La cantidad de alimento consumido por las aves varía en función de la producción de carne o de huevo. También varía dependiendo de la temperatura, actividad física y si las aves tienen acceso a otras fuentes de alimento, como pasto en sistemas de producción extensivos.

Lo habitual son prácticas como cubrir el piso de concreto con lecho de material como aserrín, virutas de pino, paja, cascarilla de arroz o harina. (David Tadevosian | Shutterstock.com)

Agua de bebida

Las aves deben tener acceso a una cantidad adecuada de agua de bebida fresca, potable y con el rango de temperatura correcto. Muchas veces no tomamos en cuenta la importancia de este nutriente, al grado de desconocer sus características físicas, químicas y microbiológicas. Una calidad deficiente de agua de bebida puede resultar en un aumento o disminución del consumo, camas o deyecciones húmedas y reducción de la productividad.

Hay que verificar a diario el adecuado funcionamiento de los bebederos. Se deben limpiar y enjuagar periódicamente con un ácido orgánico para quitar la acumulación microbiana o minerales en las líneas. El agua que no cumple con las normas, incluyendo todas las aguas superficiales como el arroyo, represa o tanque de agua, debe tratarse con métodos aprobados para eliminar los organismos potenciales de enfermedades del tracto gastrointestinal de las aves.

Manejo y enfermedades

Las buenas prácticas de manejo avícola son la primera línea de defensa para prevenir las enfermedades. Es importante mantener cada lote en un ambiente limpio con el mínimo esfuerzo.

Todas las empresas avícolas deben tener un plan de bioseguridad. Asimismo, deben implementar prácticas específicas en la granja para limitar las formas de propagación de las diferentes enfermedades. Es indispensable la visita regular de un profesional avícola para mantener el estatus sanitario de las aves. Identificar, prevenir y controlar enfermedades y parásitos es una necesidad imperante, dado a los diversos retos existentes en las diferentes zonas geográficas.

A diario, se debe monitorear y comprobar el estatus de las aves. Hay que ser conscientes de los signos físicos que pueden indicar la posible enfermedad en las aves y reaccionar con prontitud para evitar una mortalidad elevada. Se recomienda proteger a las aves a través de los programas de vacunación regionales y control de parásitos internos y externos.

Es necesario poner en cuarentena lotes foráneos provenientes de áreas de riesgo y estar conscientes de las aves silvestres de la región o estacionales que regresan. Aquellas aves diagnosticadas como enfermas deben ser aisladas del resto de los lotes. Un médico veterinario calificado para diagnosticar y tratar enfermedades es un imperativo en las empresas avícolas. Siempre se deben utilizar pollitos de engorde o pollitas comerciales de una fuente confiable.

Bienestar avícola

Hay tendencia en los países desarrollados a manejar un código de bienestar avícola en el que se consideran muy importantes el espacio de piso, agua, alimento y sombra.

Lo habitual son prácticas como cubrir el piso de concreto con lecho de material como aserrín, virutas de pino, paja, cascarilla de arroz o arena. Igualmente, mantener las casetas, sean abiertas o de ventilación túnel, bien calibradas en términos de temperatura, humedad y velocidad de aire.

Limpieza

Al final de cada lote o ciclo de producción, es importante lavar y desinfectar la caseta, y de ser necesario aplicar un insecticida para el control de vectores. Lo mismo debe hacerse con todos los objetos movibles de la caseta y manejar el criterio de días vacíos de acuerdo con la política de bioseguridad de la compañía. Por lo regular, en sistema todo adentro y todo afuera idealmente deberá manejar al menos 10-12 días.

Si existe un programa de reúso de la camada, el médico veterinario deberá conocer el historial sanitario y productivo de los ciclos anteriores para autorizarlo. El programa mínimo de manejo establece que deberá acumularse en un montículo durante al menos 5-6 días entre lotes, se debe adicionar humedad, tapar y sellar con una tela plástica para empezar el proceso de elevación de temperatura para destrucción de bacterias y virus termolábiles. De ser necesario, se aplicarán productos químicos como insecticidas.

Los bebederos de cualquier tipo deben limpiarse con regularidad, enjuagarse y drenarse del biofilm. Los comederos, sean estáticos o mecánicos, deben rasparse para eliminar costras. Hay que limpiar con regularidad los nidos en reproductoras, removiendo desechos y reforzando el nivel de cama.

El manejo y disponibilidad apropiada de la mortalidad es crítico para reducir contaminaciones. Proteja el alimento balanceado en un lugar fresco y seco, libre de insectos y con un adecuado control de humedad para mantener la frescura, evitar el crecimiento de hongos y la contaminación de otros animales.

El perímetro del galpón debe tener la grama suficientemente corta para reducir el impacto de los depredadores y vectores indeseados, y siempre se deben colocar trampas en varios puntos de la granja.

Medio ambiente

El negocio avícola también debe ser consciente del impacto y el efecto del medio ambiente. En muchos países, se debe cumplir con leyes de mitigación ambiental que dan paso a la licencia ambiental para poder operar las granjas.

Hoy en día, la empresa avícola debe estar comprometida con maximizar el uso de recursos renovables, manteniendo la eficiencia de costos de operación. Varios ejemplos de esto son los sistemas de biodigestores para el calentamiento de zona de crianzas con gas natural, el uso de paneles solares para reducir el consumo de fuentes de energía eléctrica o el manejo responsable de residuos, como la mortalidad, en sistemas de compostaje que son amigables con el ambiente.

Registros

Una empresa avícola eficiente debe manejar registros de producción y controles para poder visualizar y modelar los resultados que busca. El uso de herramientas como softwares e incluso información en la nube son parte del día a día en la selección correcta de herramientas para la toma de decisiones en el momento adecuado.

Nota: el lector puede solicitarle al autor la bibliografía consultada.

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