¿Hacia dónde va la genética de gallinas ponedoras?

A diferencia de la genética del pollo de engorde, las gallinas ponedoras han recibido mucha más atención en el bienestar animal y otras cuestiones en las que ahora trabajan las casas genéticas.

Los programas y la investigación en mejoramiento genético de gallinas ponedoras están enfocados principalmente en la duración del período de producción y en la cantidad de huevos vendibles por gallina encasetada. Esto se hace mediante la extensión de las secuencias de postura y una calidad de la cáscara buena y duradera, así como mediante un mejoramiento continuo de la viabilidad. Al igual que con los pollos, la información del campo tarda hasta unos cinco años en verse comercialmente.

Si miramos al pasado para ver lo que han hecho los genetistas, encontraríamos que “en 2010 el promedio de número de huevos era de 313; para 2015, ya era de 325. La conversión alimenticia se redujo de 2.2 a 2.13”, dijo el Dr. Matthias Voss, especialista veterinario en enfermedades avícolas de Lohmann Tierzucht GmbH, en Alemania*. En los últimos 20 años, estos cambios en la conversión alimenticia significaron que, para producir un kilo de masa de huevos, hubo una reducción de 450 g de alimento.

Desafíos de todo

La industria de las ponedoras tendrá desafíos constantes por los altos precios del alimento y por no usar organismos genéticamente modificados (OMG). Sin embargo, el desafío de los ciclos productivos prolongados significa que se necesita de una mejor fortaleza de la cáscara de huevo y de los huesos.

A diferencia de los pollos de engorde, el bienestar animal es más importante en ponedoras. “Lo que vemos en Alemania y otros países europeos es factores más sustentables en la sociedad junto con otros valores positivos. Los minoristas usan el bienestar animal en su publicidad y promoción para diferenciarse de la competencia. Hay minoristas en Alemania que afirman vender huevos de gallinas cuyos hermanos no fueron sacrificados al día de edad”.

Desde 2017, está prohibido en Alemania el recorte del pico. “Creemos que en los próximos cinco años estará prohibido en toda la Comunidad Europea”, señaló Voss. En Europa hay 85 millones de ponedoras con picos completos en el campo.

Se espera que dentro de cinco años haya determinación del sexo del embrión en el huevo, que debe hacerse en menos de 10 días de incubación.

Descarte de machos de un día de edad

Una de las alternativas al descarte de machos de un día de edad en el sector de las ponedoras sería criarlos. “Sin embargo, este sería un producto de lujo en Alemania o Austria, pero no algo para alimentar al mundo”, consideró el especialista de Lohmann. Estos machos de doble propósito tendrían una conversión alimenticia de ¡más de 3! Un desperdicio de recursos.

Una alternativa más plausible es realizar análisis hormonales a media incubación. El estradiol no muestra la diferencia que da el sulfato de estrona: hay una mayor diferencia entre machos y hembras al día 9 y una evidente al día 10. No obstante, algunos debaten sobre la edad a la que el embrión siente dolor.

Por otro lado, Voss prefiere la espectroscopia, método óptico que se hace a los tres o cuatro días de incubación. Con un láser, la medición de la absorción de la luz es diferente para machos y hembras. La desventaja es que se necesita hacer una perforación en la cáscara de huevo para poner el láser en el disco germinal. Los resultados se obtienen a los pocos segundos, pero luego hay que cerrarlo. Hacer esto con 50 millones de ponedoras en Alemania significa que tienen que sexarse de 120 a 150 millones de huevos al año.

El Dr. Matthias Voss, de Lohmann, afirma que la producción sin jaulas tiene un costo de producción un 14 a 28 por ciento más alto que con jaulas. (Benjamín Ruiz)

Sistemas de alojamiento

Otro desafío es el cambio en los sistemas de alojamiento. Desde 2012, están prohibidas en la Unión Europea (UE) las jaulas convencionales. La tendencia va ahora a Estados Unidos, en donde se necesitan convertir 190 millones de gallinas de postura comerciales a sistemas alternativos de alojamiento. “El problema es que tenemos un costo de producción de 14 a 28 por ciento más alto debido al espacio que se necesita, consumo de alimento, mortalidad y huevos con menor calificación”.

No obstante, se pueden obtener datos de producción muy buenos sin jaulas, “aunque desde el punto de vista veterinario, prefiero siempre las jaulas”, apuntó Voss.

Avance genético e índice de desempeño

Los genetistas utilizan una fórmula que mide el avance por unidad de tiempo. La estrategia es usar la intensidad de selección, precisión de los valores estimados de mejoramiento genético, la desviación estándar genética y el intervalo entre generaciones.

Los genetistas de ponedoras realizan las siguientes evaluaciones:

  1. Conversión alimenticia: incluye el consumo de alimento, producción de masa del huevo y peso corporal.
  2. Viabilidad general: incluye la mortalidad y algunas enfermedades específicas, como la neuropatía periférica, un problema que se solucionó mediante selección genética.
  3. Comportamiento: incluye el plumaje y ahora también la forma del pico, pues uno más redondeado contribuye a reducir el canibalismo en la parvada.
  4. Alojamientos alternativos: comprende el anidamiento (no poner huevos en el suelo) y conducta de pastoreo.
  5. Otros aspectos: el color del plumaje y el tamaño de la cresta (ya no se pueden recortar las crestas muy grandes).
  6. Desempeño de los reproductores: la fertilidad e incubabilidad.
  7. Calidad del huevo: para ponedoras comerciales, como la resistencia a la ruptura, detectores de grietas, así como factores internos como manchas, pintitas o motitas, unidades Haugh, etc.
  8. Peso del huevo: se requiere un alto peso inicial y luego uno estable.
  9. Desempeño de la postura: comprende la madurez sexual, pico de producción y, en especial, la persistencia de la producción de huevos.

Nuevas características

Los programas de mejoramiento genético incluyen ambientes de prueba, como las jaulas individuales, jaulas convencionales en batería, jaulas enriquecidas individuales, colonias y aviarios. Sin embargo, entre las nuevas características que se seleccionan para las aves destaca el que no pongan en la percha para evitar huevos dañados o el número de huevos vendibles puestos en el nido, que penaliza a aquellas familias con una aceptación baja del nido.

En cuando a ponedoras de línea pura, Voss habló del tamaño de la nidada, es decir, cuántos días consecutivos pone un huevo el ave. “Más de tres cuartas partes de las gallinas tienen un desempeño de postura de más del 95 por ciento hasta las 52 semanas de edad”. Según él, muchos productores ya llegan al 97 – 98 por ciento de pico de producción, lo que significa que ya no hay mucho más que lograr desde el punto de vista genético.

Los esfuerzos de mejoramiento han resultado en que las gallinas que se desempeñan al 100 por ciento tengan un peso muy uniforme del huevo.

A pesar de la producción de un huevo al día:

Así que los genetistas buscan aves que pudieran poner secuencias de 100 días o más, en las que la persistencia de postura y la estabilidad de la cáscara son factores clave.

Valor genético total

El valor genético significa la combinación de características de calidad de producción y de viabilidad. En el mejoramiento de ponedoras se utiliza la selección genómica, lo cual mejora el proceso genético, pues proporciona:

Cada programa de mejoramiento genético tiene sus propios objetivos. “En nuestro caso, tenemos ponedoras con tamaño de huevo bajo, mediano y grande, en función del mercado, de lo que necesitan nuestros clientes”, enfatizó Voss. “Todo depende de las líneas puras, de que podamos seleccionarlas y de lograr el mejoramiento genético”.

Conclusiones

En los próximos años, la prosperidad de la industria del huevo vendrá impulsada por el avance genético y los sistemas zootécnicos adaptados. Los programas de mejoramiento de las ponedoras comerciales seguirán seleccionando mediante una combinación de selección convencional y genómica.

Económicamente, hay características muy importantes en el foco de atención. Desde luego, vienen incluidos los aspectos de bienestar animal, que deben equilibrarse porque estas consideraciones varían en las diferentes partes del mundo. No se va a sacrificar el avance económico general.

La mayor presión en la selección es en la persistencia de la postura y la fortaleza de la cáscara de huevo como característica. En el futuro, quizás se use más la selección genómica en cuanto a resistencia a las enfermedades.

*Artículo basado en la presentación del Dr. Voss, “New Potential of Poultry Genetics”, durante los Poultry Innovation Days de Boehringer Ingelheim, el 21 de marzo de 2018, en Praga, República Checa.


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