10 temas que marcaron la avicultura latinoamericana en 2020

10 temas que marcaron la avicultura latinoamericana en 2020

(geralt | Pixabay)

Desde la pandemia de COVID-19, hasta los problemas de contrabando en varios países, repasamos los temas que más impactaron a la industria avícola de Latinoamérica en 2020.

El 2020 pasa a la historia como uno de los años más complicados para la humanidad en tiempos recientes. Tanto así que se estima que la economía mundial se encuentra en la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial y que la pobreza extrema aumentaría por primera vez en 20 años, según el Banco Mundial.

Para cerrar este año, que ha durado mucho más de lo que podríamos imaginar, Industria Avícola realiza un recuento de los temas que más han impactado la avicultura latinoamericana en 2020.

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  1. La pandemia de COVID-19

La primera vez que supimos del COVID-19 fue a principios de año, con su impacto en China, pero no fue hasta marzo que se declaró la pandemia por el nuevo coronavirus y el caos explotó.

Los cierres de fronteras y medidas de distanciamiento social impactaron fuertemente las cadenas de suministro, incluyendo la avícola, lo cual provocó un alza inesperada en la demanda de productos avícolas en los primeros meses de pandemia y luego una caída en varios países de la región, afectando fuertemente los precios de estos productos a los consumidores y provocando escasez en algunos casos.

Hubo situaciones con la producción de aditivos animales (y aumento en sus precios), problemas para el transporte de insumos avícolas y escasez en algunos países. El cierre de hoteles, restaurantes y cafeterías (horeca) afectó fuertemente la demanda de productos avícolas en varios países, lo cual también impactó la producción.

Ante la situación, algunos países modificaron sus reglamentos para permitir el transporte de productos e insumos avícolas dentro de los servicios de primera necesidad y otros, como Colombia y Brasil, eliminaron aranceles al maíz y la soya.

También hubo contagios entre los empleados dentro de las plantas de procesamiento de carne aviar y en países como Estados Unidos hubo que descartar productos avícolas por falta de personal que lo procesara y hasta se temió de una escasez, aunque luego el asunto se normalizó.

En cuanto a las exportaciones, países como China comenzaron a exigir un certificado de productos “libres de COVID-19”, lo cual hizo que algunas plantas de procesamiento de pollo dejaran de exportar al gigante asiático. Ante esto, entidades como la Organización de las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura (FAO) insistieron en que los productos avícolas no son vectores de transmisión del COVID-19.

Aunque se espera un crecimiento en la producción mundial de carne aviar, no será tan amplio como inicialmente se anunció. De cara a 2021, estará por verse si los trabajadores avícolas son incluidos dentro de los primeros en recibir las dosis de las vacunas contra el COVID-19.

  1. Aumentan medidas de bioseguridad

A raíz de la pandemia, la bioseguridad se convirtió en un tema extremadamente importante en las granjas y plantas de procesamiento avícola. Organizaciones como la Asociación Latinoamericana de Avicultura (ALA) y la FAO presentaron medidas adicionales para proteger a los trabajadores avícolas, que van desde mayores equipos de seguridad y distanciamiento social hasta orientación sobre el lavado de manos.

También se implementaron mayores medidas de bioseguridad en las granjas con el propósito de reducir el contacto de los humanos con los animales.

  1. Nuevas tendencias influenciadas por internet

La pandemia provocó que muchas empresas maximizaran el teletrabajo, permitiendo que sus empleados trabajaran desde casa, limitando las reuniones con clientes y usando aplicaciones tecnológicas para reducir el contacto entre empleados.

Algunas empresas buscaron nuevas alternativas para preservar sus productos, como es el caso de la marca Friko en Colombia que presentó su pollo enlatado.

También se vio un aumento de las ventas de productos avícolas por internet y envíos a domicilio, tendencias que podrían permanecer incluso concluida la pandemia. Incluso hubo subastas de gallinas y pollos (y otros animales de granja) por internet.

  1. Aparecen nuevas alternativas a la carne

Aunque se trata de una tendencia que es reciente en Latinoamérica, países como España ya tienen disponibles productos de origen vegetal que imitan al pollo. Además, en Reino Unido abrió la primera “carnicería” vegana, KFC probó con nuggets impresos en 3D y en Singapur se vendieron nuggets de “pollo sintético”.

Sin embargo, la discusión este año también se centró en cómo llamar a estos productos que imitan a la carne, pero no son carne. Ya la Unión Europea prohibió el uso de la palabra “leche” para bebidas de soya o avena, pero sí permitió el uso de la palabra “hamburguesa” o “embutido” para productos de origen vegetal o carne cultivada. ¿Deben o no deben tener el mismo nombre del producto que imitan? Ya veremos qué dirán en Latinoamérica…

  1. Eliminación de antibióticos en producción

Aunque se trata de una tendencia muy reciente en Latinoamérica, siguen apareciendo en el mercado nuevos productos para sustituir los antibióticos en producción avícola.

En Colombia, por ejemplo, Pollos Eldorado se declaró libre de antibióticos en mayo, aunque el gobierno no tiene todavía un mecanismo oficial para comprobar esta declaración. De todos modos, esta empresa avícola compartió con Industria Avícola su receta para suprimir los antibióticos.

  1. Avícolas se pasan a fuentes de energía alternativa

Cada vez son más las empresas avícolas que se pasan a fuentes alternativas de energía para ahorrar dinero y tener una producción más sustentable. Entre estas, destacan Grupo Campestre (El Salvador), que producirá energía con biogás; Don Pollo (Colombia), que aprovecha el agua de lluvia y utiliza energía verde; y varios integrados del pollo en Honduras, que ahora utilizan energía solar.

  1. Problemas de contrabando

Paraguay y Ecuador son los países en Latinoamérica que han reportado la mayor cantidad de casos de contrabando de productos avícolas. En Paraguay se estima que entran cerca de 2 millones de kilos de pollo de contrabando (sobre todo desde Brasil). Mientras, en Ecuador se estima que ingresan 24 millones de huevos fértiles al año, dejando pérdidas de US$1.68 millones. También ingresan mensualmente 800,000 unidades de huevos y cerca de 40,000 libras de pollo de contrabando, causando pérdidas anuales de US$700,000 y US$200,000, respectivamente. Recordemos los problemas sanitarios que esto representa para los consumidores.

  1. Todo por el bienestar animal

El bienestar animal sigue estando en la agenda avícola, aunque algunos animalistas no lo crean. Pese a las críticas que recibió la avicultura en países como México, este año hubo cambios en la regulación avícola en Uruguay, se añadieron buenas prácticas avícolas en Ecuador y Perú y se redujeron las densidades avícolas en Colombia, donde también hay una campaña de vacunación contra el Newcastle de cara a una declaración del país libre de esta enfermedad.

Además, en Chile se presentó un proyecto de ley para impulsar la producción libre de jaulas y en Argentina se prometió una ley para promover la exportación agropecuaria.

  1. Irregularidades en la avicultura

Este año al menos dos países de Latinoamérica reportaron casos de irregularidades en la avicultura: Brasil y Chile. En Brasil, se anunció que JBS y BRF, las mayores empresas avícolas del país y dos de las más grandes del mundo, estaban siendo investigadas por el regulador antimonopolio. Mientras, en Chile se anunció la multa de US$20 millones a comercios por el Caso Pollo, de colusión.

El escándalo más grande en el continente ocurrió quizá en Estados Unidos, donde arrestaron al menos a 10 ejecutivos avícolas por un caso de colusión y violaciones a la ley antimonopolio. Estos trabajaban en importantes empresas avícolas como Pilgrim’s Pride, Claxton Poultry, Perdue Farms y Tyson Foods.

  1. El futuro del descarte de pollitos

Aunque esto no es un tema de discusión todavía en la región, este año Francia y Alemania anunciaron que prohibirían el descarte de pollitos machos a partir de 2021.

Por suerte, también se presentó una nueva tecnología que permitiría el sexado in ovo a través de la identificación de sexo a base de hormonas. La empresa a cargo de esto es la neerlandesa SELEGGT GmbH, y podría cambiar las reglas del juego en la avicultura pues los científicos llevan años desarrollando tecnologías que permitan identificar el sexo de los pollitos antes de nacer.

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